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Cómo afrontar las segundas oportunidades: El meollo de la cuestión

Así que has superado la primera cita con tu nuevo novio o novia, y ambos habéis congeniado. Pero entonces… en algún punto del camino terminaste en un encuentro de segunda oportunidad con otro chico o chica que no te interesa. No estás seguro de si esto es algo bueno o malo, pero está sucediendo. Y como en cualquier otra relación, habrá esos momentos en los que te equivocarás y te verás obligado a rehacer el trato de nuevo. Permítanos guiarle en la parte más importante de este proceso: Cómo lidiar con las segundas oportunidades: El meollo de la cuestión.

On the shoulders of giants

Las primeras etapas de cualquier relación son increíblemente importantes y desafiantes. Cuando se empieza, es probable que se cometan errores. Y aunque no deberías ser tímido a la hora de hacer saber a los demás cómo van las cosas, es importante que te lo guardes para ti. Si lo haces, parecerás frío, calculador e indiferente. Debes aceptar la ayuda con gusto, pero recuerda siempre que cualquiera puede AYUDARTE si se lo permites.

Desde el principio

Desde el principio, vas a cometer errores. Aunque no tienes que hacerlo todo de inmediato, sí que tienes que ponerte en marcha desde el principio. En la primera cita con cualquier persona nueva, empieza un nuevo día diciendo «No suelo emborracharme» y luego, con voz tranquila y firme, di «Pero los helicópteros para beber son increíbles, deberías probar uno alguna vez». Recuerda estos consejos para afrontar las segundas oportunidades: No te asustes si no congenias de inmediato.

No digas más

Esto es muy importante. No digas que lo sientes porque no has recibido el memorándum. No digas más. Si las cosas van bien, dirás que lo sientes cuando algo vaya mal. Si las cosas no van bien, dirás «No sé por qué las cosas van mal. Simplemente intentaba hacer lo correcto». Cuando las cosas se pongan difíciles, expondrás tus razones en lugar de poner excusas para volver con tu ex. De esta forma, podrás seguir adelante donde realmente van las cosas: con la persona que te gusta y con la que te identificas.

Deja atrás el pasado y encuentra tu propio camino

Cuando las cosas se ponen difíciles, hay que salir de ellas. Pero no tienes que hacerlo solo. Puedes llamar a un profesional o acudir a un grupo de apoyo. Puedes hablar con un amigo o familiar en quien confíes para que te ayude. Si las cosas se ponen realmente mal, siempre puedes buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. También puedes hablar con un compañero en el que confíes para que te ayude.

No te asustes si no congenias de inmediato

Esta es la parte más importante del proceso. Cuando las cosas no vayan bien, empieza por algo pequeño. Puedes empezar diciendo «te quiero» y luego, con voz tranquila y firme, decir «¿Pero no te pones a veces un poco prepotente?». Esto pone a tu amigo en el lado equivocado de la ecuación, para que lo entienda. También envía el mensaje de que no te importa si les gustas o no. Te hará parecer frío, calculador e indiferente. Cuando las cosas mejoren, te sentirás mucho mejor porque no te preocuparás de que la gente intente ponerse en contacto con el antiguo objeto de amor. En su lugar, concéntrese en el aquí y ahora y en sus sentimientos por ellos. Te ayudará tener un plan y utilizar las palabras adecuadas siempre que te comuniques con la gente. Luego, cuando las cosas se pongan realmente difíciles, planifica con antelación y prepárate para adoptar una postura.

En pocas palabras

Si te enfrentas a un encuentro de segunda oportunidad, no te asustes. En lugar de eso, aprovéchalo como una oportunidad para demostrar que estás equivocado. Recuerda que cuanto antes aceptes un error en una relación como tu realidad, menos frustrado estarás. Así que no te estreses si no congenias de inmediato. De hecho, será la forma más fácil de retomar el camino. Recuerda que el viaje merece la pena. Si lo has intentado todo y nada ha funcionado con tu actual pareja, quizá sea el momento de probar un nuevo enfoque. Empieza por decir más no, y al grano. No endulces las cosas ni des excusas en lugar de decir que sí. Acepta que no has recibido el memorándum y que las cosas pueden haber salido mal. Y no tengas reparo en decir que no. Nadie es perfecto y tampoco lo es nadie. Así que di que no y sigue con tu vida.

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